¿Se atreven a enfrentar a un PRD clandestino?
Raúl Pérez Peña (Bacho)
Aparece en escena el Tribunal Superior Electoral, TSE, integrado a la medida para coyunturas como la presente, en que se propusieron arrebatar el control del PRD a la dirección que encabeza Hipólito Mejía.
La decisión que finalmente tome el TSE será por instrucciones específicas o líneas bajadas por Leonel Fernández y la triple C. (*)
Se pensó que preferirían “bajar las tensiones” para ayudar a Danilo Medina. Pero optaron por desplazar a Hipólito Mejía en ese PRD que superó al PLD en las votaciones y acopia media población votante.
En las elecciones recientes quedó demostrado que la triple C da para cualquier cosa. Llegaría a extremos insospechados, incluso por el sector extremo.
Pero su falta de escrúpulos presagia que decretarán vía el TSE la ilegalidad del PRD, equivalente a llevarlo a la clandestinidad.
No es que la dirección el PRD estremecerá al país, ni que escogerá el camino de la insurgencia. La actual cúpula del PRD no es ni sombra de la de ayer. Pero con un PRD ilegalizado, indocumentado y clandestino, Danilo Medina va camino a un gobierno discapacitado y calimocho, cuya gobernabilidad habrá que ver. Esto sin hablar de la inevitable resistencia ciudadana.
En ningún caso habrá “luna de miel” entre un pueblo bajo graves calamidades y el gobierno “entrante”, el mismo “saliente” con su estela de corrupción y burlas.
No es que “la piña está agria”. Es que no hay piña en el Nueva York Chiquito. ¿Esperan poemas de los marginados y de los que sufren crujías?
Mientras se monta un show mediático con los cables robados del puente Duarte, se silencian los cables del barrilito y demás canonjías que disfrutan los senadores que se pasan meses sin dar un golpe, ni de pecho. Desde que se materialice la decisión del TSE, más se esfumará la majadería llamada “independencia de los poderes”.
Sería iluso suponer la ausencia de la cuchara palaciega en el TSE. Han provocado demasiado lodo para imaginar que viene un porvenir de ensueño.
De todos modos, en cualquier caso, vale repetir a Buck Canel: “No se vayan, por que esto... se pone bueno”. El poder es para usarlo recuerdan en Palacio.